Es notoria la importancia y necesidad de comenzar a generar impactos positivos en el cotidiano de cada sociedad. En el día a día reside el verdadero cambio que puede colaborar y encaminar al mundo hacia una perspectiva ambiental amigable y sostenible. La escuela sustentable de Mar Chiquita, es un ejemplo de ello.

La escuela primaria N°12 se encuentra ubicada en la provincia de Buenos Aires, en Mar Chiquita y se trata de la primer institución pública y sustentable existente en todo el país y la segunda en Latinoamérica. Esta escuela cuenta con una población de, aproximadamente, ochenta estudiantes que hacen de todos sus días un aprendizaje constante de saberes como: el cuidado del medioambiente, el uso racional de los recursos y la sustentabilidad de las relaciones humanas. Todo ello, con el afán de crecer en calidad humana, social y natural, generando un vínculo más estrecho con el medio ambiente.

Construida entre febrero y abril del 2018, en colaboración de más de 200 personas de distintos puntos del país y del mundo, se despliega esta escuela a treinta minutos de Mar del Plata, para convertirse en un concepto de aprendizaje y enseñanza constante para cada uno de quienes la rodean.

Se trata de una obra de más de 300 metros cuadrados se hizo en 45 días con unas 25 toneladas de materiales reciclados, entre ellos, latas, botellas, cubiertas de autos y cartón junto con materiales tradicionales. Esta institución se concibe como la única del país que funciona en un edificio íntegramente sustentable construido con el método de Michael Reynolds de siete principios de sustentabilidad.

Durante su primer año de vida, las niñas y los niños de la escuela participaron en diversos talleres para poder aprender y conocer en profundidad todo el funcionamiento del edificio. Sumados a ellos, la comunidad entera de Mar Chiquita, desde sus orígenes participan y organizan múltiples actividades comunitarias en la escuela y más de 10.000 personas ya la han visitado.

escuela sustentable

Trabajo colectivo

La escuela sustentable Mar Chiquita fue concebida gracias a estudiantes y voluntarios de todo el mundo, en conjunto a Tagma: una organización uruguaya sin fines de lucro, dedicada a desarrollar proyectos innovadores enfocados en la educación ambiental y sustentabilidad. Una organización cuyos ejes son los de concientizar e impactar en las comunidades rurales, empresas, gobierno y público en general.

Esta organización uruguaya trabaja en la primera red de escuelas públicas sustentables de América Latina; investigando, experimentando y poniendo en práctica soluciones creativas en torno a la construcción sustentable, la regeneración, el emprendedurismo y la educación ambiental.

La primer escuela sustentable argentina, se autoabastece de agua, energía y calefacción, produce alimentos y maximiza el uso de los recursos, permitiendo la transmisión de nuevos conocimientos.

Un ejemplo claro se encuentra en la recolección de agua de lluvia para reutilizarla al interior del establecimiento. Los paneles fotovoltaicos llevan a cero el costo energético con temperaturas promedio de entre 18 y 25 grados y, además, alumnos y docentes obtienen producción orgánica de alimentos a través de huertas de interior y exterior.

Se trata de una escuela cuya funcionalidad imita la de cualquiera otra, sin estufas, ventiladores ni aires acondicionados, el edificio mantiene una temperatura estable todo el año por las características de su construcción, ofreciendo la misma, o incluso mejor calidad que muchas otras escuelas convencionales.

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7 principios de sustentabilidad

Bajo el método constructivo Earthship, desarrollado por el reconocido arquitecto Michael Reynolds, nació esta maravillosa escuela. Los 7 principios que dan vida a esta nueva manera de habitar y transmitir la educación son:

1. Utilización de energía renovables

En el caso de este edificio, la utilización de que aportan toda la energía eléctrica que consume cada una de sus aulas y habitaciones.

2. Acondicionamiento térmico pasivo

La posición del edificio, con su cara vidriada totalmente orientada hacia el norte, y cara sur rodeada por un grueso muro de neumáticos enterrado en un gran terraplén atravesado por 9 tubos de ventilación hacen que el edificio mantenga una temperatura estable entre los 18° y los 25° durante todo el año sin necesidad de recurrir a fuentes de calefacción o refrigeración artificiales.

3. Captación de agua de lluvia

El techo inclinado de los salones capta el agua de lluvia que se almacena en 10 tanques con capacidad total de 28.000 litros que abastecerán al edificio por completo.

4. Reutilización de aguas

Se maximiza el recurso agua dentro del edificio mediante un sistema de distribución que filtra y limpia el agua para habilitarla para el consumo humano en las piletas de los baños. Desde allí, el agua recorre la huerta interior regando sus plantas y el restante se destina a las cisternas de los baños, desde donde termina enviándose a través de los inodoros a una fosa séptica conectada a una celda botánica que hará el tratamiento final de aguas de forma natural.

5. Producción de alimentos

Tanto la huerta interior que recorre el pasillo frontal del edificio como una huerta exterior, producen alimentos orgánicos y saludables para el consumo de las personas que habitan el edificio.

6. Utilización de materiales reciclados

Se encuentra introducidos en la construcción, todos aquellos materiales considerados de residuo junto a materiales tradicionales y naturales.

7. Factor humano

El último principio, incorporado por Tagma especialmente para el programa Una Escuela Sustentable: el factor humano. Un edificio de esta envergadura precisa, para su óptimo funcionamiento. trabajar sobre distintos valores que atraviesan el proyecto en sí, desde el punto de vista constructivo, educativo y comunitario y que promueven el trabajo en equipo, la colaboración, la participación diversa, el cuidado del medio ambiente y el uso responsable de los recursos.

escuela sustentable

“Creemos que el mundo necesita nuevos modelos de pensamiento y articulación social, económica y productiva. La transformación sustentable de nuestro planeta comienza en los vínculos humanos, trabajando con curiosidad, creatividad, compromiso, conciencia y esperanza.”

red Una Escuela Sustentable Latinoamérica

La escuela sustentable de Mar Chiquita se convirtió en símbolo de conservación y protección del medio ambiente único en el país. Se diversificó como proyecto verdaderamente amplio y profundo, que no sólo atiende la necesidad edilicia de una escuela pública, sino también, la alternativa eficiente y sustentable. Se transformó a partir de ello, en un ejemplo a seguir, una fuente comunitaria de saberes que su conjunto humano sabe compartir a través de la creación de talleres e intervenciones que invitan a la sociedad a conocer en profundidad lo que es este maravilloso proyecto.

Extra… extra

Les compartimos este video del canal Construir TV sobre la escuela de Mar Chiquita.

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