En la actualidad muchas personas están constantemente modificando sus hábitos en relación a la inminente urgencia ambiental. Hoy en día se vuelve común hablar de personas vegetarianas o veganas, personas que compran ropa de segunda mano o consumen alimentos y productos regionales. También es común el uso de transportes alternativos como bicicletas o monopatines… ¿Pero qué hay de los hogares? ¿Es posible volver más eficiente una casa, haciendo que el consumo disminuya y sea más amable con el medio ambiente?

La realidad es que sí, tanto como las personas pueden modificar sus hábitos de consumo, alimentación y movilidad, también lo pueden hacer dentro del hogar y también modificar algunas cosas dentro de la vivienda para aportar a la eficiencia energética de la misma. ¿Querés saber cómo lograrlo? A continuación te ofrecemos 7 tips fáciles de llevar adelantes para transformar tu hogar en un espacio más eficiente y ecológico.

1- Si estás en fase de construcción: adaptá la vivienda al entorno

De esta manera reducís muchísimo el consumo, ya que una casa bien orientada se calienta gratuitamente en invierno gracias al sol y se mantiene más fresca en verano reduciendo la necesidad de aire acondicionado, ventiladores, calefactores, etc. La naturaleza juega un rol también importante en la orientación de la casa, ya que en el jardín puede funcionar como aislante tanto del frío como del calor.

En caso de que tengas que reorganizarte en tu casa, puedes optar por elegir las habitaciones en un orden de prioridad de uso. Utilizando aquellas que mejor estén orientadas, para aquello que más las necesites. Por ejemplo: si tenés tu oficina en casa, das clases en ella, tenés tu taller de artes y frecuentás varias horas esos espacios, lo más conveniente es que uses la habitación mejor orientada para ello.

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2- Utilizá racionalmente el agua

Una de las acciones con mayor impacto positivo que podés generar dentro de tu casa es hacer del agua un uso racional. Siempre es posible ajustar el gasto sin renunciar al confort. Por ejemplo, instalando grifos con mecanismo de apertura con un tope intermedio que proporciona un caudal suficiente para la mayoría de usos, o cabezales de ducha con reductor de caudal para reducir el flujo de agua por debajo de los 8 litros por minuto.

Si tenés piscina, no derrochar su agua y mantenerla con productos químicos, bañarse de forma consciente tardando sólo lo necesario, evitando el uso excesivo de lavavajillas, entre tantos otros.

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3- Utilizá los electrodomésticos responsablemente

La lavadora, la secadora, el aire acondicionado, el televisor y el lavavajillas consumen mucha energía y, por lo general, funcionan durante mucho tiempo.

Utilizar estos electrodomésticos de manera responsable siendo consciente de cuando son necesarios realmente, colaborará con la eficiencia y también con tu bolsillo.

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4- Reemplazá lámparas por unas de bajo consumo

Sustituyendo las tradicionales bombillas incandescentes, por halógenas de bajo consumo y LED reducís de manera verdaderamente significante el consumo y podés ahorrar incluso entre un 30 y un 80% en tu factura de la luz.

Una recomendación que va de la mano es aprovechar los espacios que cuentan con luz natural. Una buena manera es eligiendo esas zonas para bibliotecas, espacios de trabajo y de estudio y también para las mesas. De esta forma aprovechás al máximo la luz natural que entra por las ventanas por largas horas del día sin necesidad de acudir al consumo de luz artificial.

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5- Sellá conductos, puertas y ventanas

El aire caliente puede escapar a través de las juntas de los conductos de aire. Esto significa que estás pagando para calentar habitaciones innecesariamente (por ejemplo, un sótano o cuartos donde sólo guardás cosas) y el calor no llega a las áreas que deseás calentar como las habitaciones de otro piso o el baño.

Sellar conductos, puertas y ventanas permite que el calor no se disperse en días de mucho frío y, durante en verano, el uso de aires o ventiladores sea más eficiente.

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6- Plantá árboles y arbustos -preferentemente nativos- en el jardín y la vereda

Mencionado anteriormente, la naturaleza siempre sirve como herramienta para generar mayor eficiencia. En verano, el follaje bloquea la radiación infrarroja que calienta la casa, mientras que en invierno las ramas desnudas dejan pasar esta radiación.

Una función estratégica que aporta a embellecer el paisaje y a equilibrar el ecosistema si se trata de flora nativa.

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7- Apropiate de esta regla como un mantra: reducí, reutilizá y reciclá

Cuanto más puedas adaptarte a esto, más aportás a una economía circular que promueve un hábito de vida basado en un flujo más eficiente de los materiales, la energía y los residuos. Animate a incursionar por productos orgánicos, naturales, de productores locales, de esta manera generás menor impacto.

Recilá y reducí lo más que puedas: en ropa, en mobiliario, en decoración. Todo es posible si se mira con ojos un poco más imagintivos. Doná, vendé o trocá todo lo que ya no utilicés: de esta forma hacés circular todo aquello acumulado que mucho puede servirle a otros y así se frena la producción y con ello se evita un uso excesivo de energía y recursos. Hay infinitas formas de disminuir nuestra propia huella del consumo, es simplemente pensar con conciencia cómo lograrlo.

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En Halias trabajamos en pos de convertir los hogares en espacios más eficientes a través de sistemas, equipamientos y electrodomésticos que precisen de la menor cantidad de energía y recursos, colaborando de esta manera con el medio ambiente y el capital de las personas.